domingo, 1 de julio de 2012

Planeamiento hidrológico III: Desaladoras y otras alternativas.

            En el primer artículo de esta serie, en el que se hizo un recorrido histórico por los distintos planes hidrológicos nacionales, se habló de trasvases, desaladoras, reutilización de aguas y modernización de regadíos.  En el siguiente artículo, el anterior, nos adentramos en el Trasvase Tajo-Segura y en los sistemas de riego en el sureste español.  Hoy  cerraremos la serie hablando de otras opciones y conoceremos un poco más las desalinizadoras.
“Narbona defiende sus desalinizadoras”



FUNDAMIENTOS DE UNA DESALINIZADORA

            El avance en la tecnología en desalinización de agua salina (de mar o de acuíferos) ha multiplicado las posibilidades de llevar agua potable a lugares fuertemente afectados por la desertificación o islas, donde las fuentes de agua dulce brillan por su escasez. 

Como todo, es una medida extraordinaria en algunos casos, en los que no existen más alternativas, pero quizá no tan acertada en otros, aquellos en los que sí se puedan barajar otras opciones, al menos, complementarias.  Veamos porqué.

            Empecemos por ver cómo funciona, tomando como ejemplo la planta desaladora de Torrevieja (Alicante).  Esquemáticamente sería de la siguiente manera:

·         Por una tubería se aspira agua del mar y se conduce hasta la desaladora.
      Recientemente se acaba de instalar un gran cajón de hormigón en el extremo externo de uno de los diques del puerto, el de "la Sal", en la playa de los Náufragos, para la toma de esta tubería.
          Por esta playa están realizando actualmente los trabajos de tendido de grandes tuberías hasta ese cajón. (A continuación prolongarán la tubería de la salmuera hasta el otro dique, el de "Levante", según se expone más adelante).
IMAGEN Nº1: Plano esquemático de la toma de agua de la desaladora de Torrevieja.
FUENTE: Acuamed. Publicado por El Mundo.
 
 ·         Ya en las instalaciones, el agua captada se ha hace circular por una serie de filtros de arena y otros de membranas, en los que tiene lugar la “ósmosis inversa”, proceso mediante el cual el agua es separada de las sales y microelementos que contiene, obteniéndose dos productos: agua potable y salmuera.

IMAGEN Nº2: Interior desaladora Torrevieja. Transporte del agua (por las tuberías verdes) hacia los filtros de membranas (los cilindros apilados detrás).
FUENTE: PROTESA.


·         La parte de agua potable que se obtiene se almacena y se utiliza, previa remineralización, para consumo humano y para riego.
      En el ejemplo que estamos viendo, este almacenamiento se lleva a cabo en el Embalse de la Pedrera, que actualmente recoge parte de las aguas que se reciben del Trasvase Tajo-Segura.

IMAGEN Nº3: Situación de la desaladora de Torrevieja y del embalse de la Pedrera. Y esquema aproximado del trazado de las conducciones (de gravedad e impulsión) que llevan el agua desalada al embales y a la potabilizadora para su distribución posterior.
FUENTE: Google Mapas y elaboración propia.

·         El otro producto procedente de la desalación, la salmuera, es desechado.  Para ello es diluida con agua de mar (en proporción de 1-40) hasta conseguir una concentración en sal equivalente a la del mar (37,5 g/l) y por otra tubería es conducida a diversos puntos de vertido.
      En Torrevieja está previsto que se realice en una línea paralela al dique peatonal de Levante (la línea gruesa, de color claro, que aparece a la derecha de la imagen nº1).




PARA SABER MÁS:
            Adjunto un enlace que, en 2005, publicó el Ministerio de Educación, con una presentación muy didáctica e ilustrativa dirigida a profesores, “Cómo funciona una planta desaladora” y que os animo a disfrutar.



CONTRAS DE LAS DESALINIZADORAS

            Recientemente ha sido publicado un artículo, en el diario La Verdad, titulado “Estalla la burbuja de las desalinizadoras” en el que se argumenta que el resultado de estas instalaciones está siendo inferior al esperado.  Veamos porqué.

·         Para empezar, el objetivo del programa AGUA era obtener 710 Hm3/año, habiéndose alcanzado 8 años después una producción inferior a los 150 Hm3 anuales.

·         Esta agua no encuentra compradores porque la demanda está siendo inferior, debido a la caída de la actividad económica.  Además para su producción necesita un alto consumo eléctrico y su precio es muy superior a la del Trasvase.

·         Los regantes no están conformes con la calidad del agua obtenida, a la que llaman como “desmayá”, por su falta de propiedades adecuadas para los cultivos.

·         El impacto ambiental no es, en absoluto, despreciable, puesto que llevan aparejadas la construcción de grandes tuberías y depósitos que afectan al litoral marítimo, que además debe ser protegido para evitar daños en las barreras de posidonia oceánica.

·         Su excesivo consumo eléctrico hace necesario la construcción de grandes infraestructuras complementarias.  Como ejemplo, de nuevo la desaladora de Torrevieja, una de las más grandes de Europa, para cuyo funcionamiento es necesario la implantación de una nueva subestación eléctrica, sobre la que además se prevé una capacidad de producción superior a la de toda la provincia de Alicante.
      El consumo eléctrico previsto para esta planta, una vez esté en funcionamiento es de 320 gigawatios hora/año, valor por encima de la producción total de la provincia de Alicante, que es de 308 GWh al año

IMÁGENES Nº4 Y Nº5: A la izquierda, una subestación eléctrica.  A la derecha, exterior de una de las naves de la desalinizadora de Torrevieja, cuya fachada destaca por quedar forrada de paneles solares (posiblemente, para mejorar la imagen de eficiencia energética ante la opinión pública, aunque realmente, su producción eléctrica resulta poco siginificativa en comparación con el total a consumir).
FUENTE: Google.



HABLEMOS DE INGENIERÍA PARA OPTIMISTAS: SOLUCIONES AL PROBLEMA DEL AGUA.

            Desde el punto de vista político, a ver con qué cara vamos a Bruselas por tercera vez (que ya se ha ido) para contarle que necesitamos paliar el déficit de agua en el arco Mediterráneo: primero nos subvencionaron el trasvase del Ebro, se iniciaron las obras y se paralizaron, adiós a las primeras inversiones; después nos subvencionaron las desaladoras, que no terminan de “cuajar”, eso sí, no reciben la subvención europea hasta que no están acabadas; ¿y ahora qué?

            La respuesta está clara: sentido común.

            Para empezar, como se comentó en la publicación relativa a la política del agua, es fundamental un PACTO DEL AGUA entre los principales partidos políticos del Congreso, a lo que parece que, tanto PP como PSOE, están bastante predispuestos.  Un proyecto de consenso que permita la consolidación y puesta en marcha de las infraestructuras necesarias y suficientes para resolver un problema de déficit hidrológico que se está arrastrando a lo largo de los años y que además se está viendo amenazado por el cambio climático.  Sinceramente, espero que pongan a dialogar a los mejores negociadores de cada partido, porque este punto es clave para materializar los futuros proyectos que finalmente se aprueben.

            ¿Por qué opciones debería apostar el nuevo plan hidrológico?

            Pues por todas, previo análisis económico y ambiental, me explico:

      Trasvases: Si contamos con una infraestructura existente y en funcionamiento, como es la del Tajo-Segura, habría que estudiar cuál sería la inversión mínima para aprovechar la mayor parte de las instalaciones y proteger aquellas zonas que se han visto más desfavorecidas, como es la cabecera del Tajo.

      Desaladoras: Lo mismo, rentabilizar lo ya construido.  Las instalaciones construidas y en funcionamiento, aprovecharlas y explotarlas. E invertir en la mejora de la calidad de sus aguas, por ejemplo mezclándola con otras de mayor calidad.
Y las que están paradas, o aquellas cuyo consumo energético no justifique los costes de producción, intentar amortizarlas, como se hace con los edificios de una Expo, por ejemplo, buscando un uso alternativo a los edificios y poniendo a la venta las piezas reaprovechables, como las membranas interiores de los tubos, que parece que tienen buena salida en el mercado.

      Depuradoras: Uno de los objetivos de la Directiva Marco del Agua de la U.E. es el lograr que las aguas residuales urbanas no sean vertidas en un cauce sin haber antes sufrido un proceso de depuración, objetivo que aún está pendiente de cumplir.  El programa AGUA (PHN-2005) preveía además la reutilización de parte de estas aguas para riego o usos industriales.  Para ello, la mayoría de las veces, es necesario incorporar un tratamiento adicional a la depuradora, denominado “terciario” y que cada vez se va incorporando a un mayor número de depuradoras.

      Tecnificación en los sistemas de riego: Las nuevas técnicas meteorológicas permiten predecir las posibilidades de lluvia por lo que, incorporándolas a la planificación del riego se puede producir un ahorro importante en el consumo de recursos.  Por otra parte, la incorporación de variadores de caudal y de electroválvulas programables, que abran las tuberías de riego en función, tanto de las necesidades concretas que requiera el cultivo, como de la temperatura y humedad del ambiente, son también sistemas de ahorro que permiten optimizar las necesidades de agua, por lo que también deben recibir un impulso para promocionar su uso y para fomentar la investigación de este tipo de técnicas.

      Protección de los recursos hídricos existentes: Como la obligación impuesta por el PHN-2005 de no aprobar un desarrollo urbanístico sin que antes sea comprobada la disponibilidad de los recursos hídricos.

      ¿Nuevas desaladoras o nuevos trasvases? Si con las medidas anteriores no se alcanzan los volúmenes anuales demandados para riego y consumo humano, espero que se estudie para cada caso concreto qué es opción es más viable, sopesando ambas y escogiendo la “menos mala”, al menos, la que menos perjudique al medio ambiente.



Confiemos en que el Plan Hidrológico Nacional, los Planes de Cuenca, los Planes de reutilización de aguas, y el resto de legislación relacionada, consigan satisfacer las necesidades que durante tantos años se vienen reclamando en las zonas que más sufren la escasez de agua, siempre con el máximo respeto y protección al medio ambiente.  Confiemos en que los técnicos presenten buenos estudios, con inclusión de las distintas alternativas posibles, y que, con todos los datos en la mano, los políticos sepan tomar, y apoyar, las decisiones más adecuadas.




ANEXO: REFLEXIÓN SOBRE LAS DECISIONES.

Al hilo de esto último, y para terminar, me animo a contar una anécdota.

Hace unos días, en Facebook, un amigo consultor citó una frase que contenía una gran verdad:
       “Tomar decisiones es una de las funciones mas complicadas que tenemos. No hacerlo provoca perdidas de tiempo”. (Sergio Morales).


Alguien le preguntó cómo saber cuál de las decisiones será la adecuada. 

La respuesta (que fue dada por su socia) contenía tres claves: analizar las variables, contemplar otros puntos de vista y admitir la posibilidad de errores, de los que siempre hay que aprender.
      “En cualquier toma de decisiones siempre existe un margen para el error, éste se reduce en tanto en cuanto éstas se tomen tras un proceso de reflexión en el que se analicen las principales variables, cuando se tiene en cuenta también el punto de vista del otro. En el peor de los casos si la decisión adoptada no fuese la correcta, ya has aprendido algo y en el siguiente intento tu margen de error es aún más pequeño. El no tomarlas nos mantiene en ese estado de "duda" que nos permite avanzar hacia ningún lado.” (Cristina Mulero).


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